Se ha demostrado a través de diversos estudios internacionales, que sin importar la causa del síndrome de caídas, el paciente adulto mayor es beneficiado con la intervención de la fisioterapia. La kinesioterapia o la rehabilitación por medio del ejercicio mejora la fuerza muscular de los miembros inferiores, el control postural, la coordinación y el equilibrio, factores que se encuentran deteriorados en algunos adultos mayores haciéndolos vulnerables a las caídas, por lo que al mejorar estos causantes conjuntamente con ciertos componentes de tipo médico que predisponen las caídas, es posible disminuir el número de caídas y las consecuencias que estas producen en el adulto mayor.
Las caídas dentro de las patologías geriátricas son uno de los problemas más importantes, ya que ponen en peligro la salud de los adultos mayores. El síndrome de caídas, obedece a diversos factores tanto intrínsecos como extrínsecos del paciente. Entre los factores intrínsecos se puede mencionar: la edad, enfermedades agudas y crónicas, y el uso de algunos fármacos. Los factores extrínsecos engloban lo que son principalmente las barreras arquitectónicas y condiciones que producen desestabilización como el tipo de calzado o el piso. Dichos factores junto a la debilidad de los miembros inferiores y la falta de equilibrio, determina un riesgo para el adulto mayor de caer y por ende adquirir una discapacidad que le lleve a depender por cierto tiempo o de manera permanente de otra persona.
Cuando un adulto mayor arrastra los pies, en lugar de levantarlos adecuadamente, es más probable que tropiece y caiga.
Gran parte de los adultos mayores con síndrome de caídas, además de las causas médicas que presentan y los factores ambientales que favorecen el mismo, también se logra evidenciar en la mayoría una pérdida de la fuerza muscular de los miembros inferiores y deterioro de la coordinación y equilibrio que influye directamente en la marcha y la estabilidad de la misma.
El abordaje fisioterapéutico para estos aspectos a rehabilitar ira enfocado a:
- Mejorar fuerza, resistencia muscular y movimiento articular de los miembros inferiores.
- Entrenamiento de la coordinación y equilibrio.
- Educación.
Para mejorar fuerza, resistencia y movimiento general se pueden realizar ejercicios de resistencia progresiva con uso de pesas de tobillo y theraband, ejercicios activos libres, bicicleta estacionaria y se puede utilizar técnicas de facilitación neuromuscular propioceptiva (FNP) los cuales además de permitir el fortalecimiento muscular trabaja la coordinación y la propiocepción.
En el entrenamiento de la marcha se debe tratar de mejorar la postura y reentrenar la realización correcta de las fases de marcha. Se puede trabajar la marcha anterograda, retrograda y lateral, tanto dentro de las barras como fuera de ellas, esquivar obstáculos, marcha en superficies irregulares y el subir y bajar escaleras.
Si la inestabilidad en la marcha fuera de las barras fuese evidente se deberá entrenar la marcha con bastón de un punto, cuatro puntos o andadera según la necesidad del adulto mayor.
La educación en la prevención de caídas en el hogar, es un punto de gran importancia, esto porque en los hogares de los adultos mayores muchas veces se desconoce de peligros potenciales que pudiesen generar una caída. Dentro de los aspectos que se deben contemplar con el paciente y sus familiares o cuidador, están: uso de calzado adecuado incluso dentro de la casa, uso de barandas, alfombra antideslizante y una silla dentro del baño, dejar los pasillos libres de muebles y con buena iluminación, uso de barandas en escaleras, entre otros.
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